Enfermedad de Párkinson. ¿Cómo retrasar su avance?

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La enfermedad de Parkinson (EP) es una enfermedad neurodegenerativa crónica y progresiva que afecta al sistema nervioso central. Los síntomas que provoca son la aparición de  temblores, rigidez, lentitud de movimientos, trastornos de habla, respiratorios y/o deglutorios. Tanto sus síntomas como su evolución, afectan de forma muy diferente a cada persona. En nuestro país se estima que puede haber unas 150.000 personas con esta enfermedad.


Con motivo del día Mundial del Parkinson quiero poner de relieve la importancia de una detección precoz como punto clave en el avance de la enfermedad. La sociedad española de neurología estima que alrededor de un 28% de las personas afectadas no están diagnosticadas aún. Debemos tener en cuenta que antes de los síntomas citados anteriormente, se dan muchos otros como trastornos cognitivos, depresión, pérdida del olfato, trastornos de autonomía, del sueño...Identificar a tiempo estos síntomas es el primer paso para dar con el diagnóstico adecuado y mejorar en los tiempos de intervención.


¿Qué tratamientos existen para la Enfermedad de Parkinson?

La enfermedad de Parkinson no tiene cura, pero en la actualidad se combinan tres opciones de tratamiento: farmacológico, quirúrgico y rehabilitador.


La terapia farmacológica consiste en medicamentos para reponer la falta de dopamina en el cerebro debido a su carencia en el cerebro del paciente, pero a día de hoy no hay fármacos que eviten la progresión de la enfermedad. Por otra parte, el tratamiento quirúrgico, que se emplea en aquellos enfermos a los que la terapia farmacológica por diversos motivos ya no les surte efecto como la estimulación cerebral profunda. Y por último, el tratamiento rehabilitador, encaminado a favorecer el mayor grado de independencia posible de la persona así como tratar complicaciones en las que pueda derivar la enfermedad. En este último es en el que se hace más hincapié debido a su poca visibilidad y sus grandes beneficios.


¿Cómo pueden ayudar las terapias rehabilitadoras a las personas con Parkinson?


Numerosos estudios recientes apoyan las terapias como lafisioterapia y la logopedia como una parte fundamental en el tratamiento de la enfermedad. Existen datos que reflejan que aquellos pacientes en un estadio menos avanzado de la enfermedad obtienen más beneficios de la terapia física que aquellos que tienen Parkinson más avanzado. Por tanto estos datos nos deben servir para poner de relieve la importancia de llevar a cabo tratamientos complementarios a los meramente farmacológicos.


En relación a los trastornos del habla y la deglución en la enfermedad de Parkinson, la logopedia puede aportar una gran ayuda a las personas afectadas ya que puede detectarlos y tratarlos a tiempo retrasando su avance. La EP, se caracteriza por presentar disartria hipocinética (trastorno del habla provocado por una alteración en el control muscular de los mecanismos motores implicados en el habla). El habla de estas personas se vuelve lenta, débil y monótona, afectando a la respiración, fonación, resonancia, articulación y entonación debido todo ello a daños en el sistema nervioso central. Estos trastornos de la comunicación en la enfermedad del Parkinson afectan a entre un 85% y un 90% de las personas que lo padecen. Estas alteraciones pueden suponer un gran impacto en la vida personal del paciente provocando depresión y aislamiento social ya que su comunicación se ve afectada. 


Además de los problemas de la voz y del habla, otra alteración muy común en la enfermedad es la disfagia. Afecta a más de la mitad de los pacientes y aparece en cualquier momento. A causa de este trastorno, la persona se ve desnutrida y su seguridad al tragar se ve comprometida  debido a las penetraciones y aspiraciones del alimento en la vía aérea lo que puede provocar neumonías por aspiración o incluso infecciones respiratorias.


Las investigaciones más recientes han demostrado que la terapia logopédica es el método terapéutico más eficaz para mejorar la función del habla, la voz, y la deglución siempre que la persona se encuentre correctamente medicada. Los tratamientos farmacológicos por si solos no lograrán frenar el deterioro de estos trastornos.


Por todo esto, hay que considerar la realización de terapias como la fisioterapia y la logopedia ya que serán fundamentales para que la persona mantenga una vida activa y un mayor grado de autonomía en su vida diaria durante el mayor tiempo posible.