Cómo estimular el lenguaje y el habla de tu hijo
Cómo estimular el lenguaje y el habla en los niños.
La adquisición del lenguaje es una parte del proceso evolutivo por la cual pasan todos los niños. Poco a poco van superando las diferentes etapas cronológicas y van adquiriendo habilidades lingüísticas que les van a ayudar en su proceso de comunicación con las personas que le rodean, potenciando sus relaciones sociales.
Es importante saber que en este proceso evolutivo existen diferencias individuales de unos niños a otros y que variarán en función del ambiente y la madurez de cada uno. A groso modo, estas son las diferentes etapas del desarrollo del lenguaje de 0 a 6 años.
Prelinguistica: 0-12 meses
Primeras palabras: 12-18 meses
Lenguaje telegrafico: 18 meses- 3 años
Oraciones complejas:3-6 años
Si os interesa conocer más en profundidad las diferentes etapas de adquisición del lenguaje y las señales de alerta podéis acceder a nuestra entrada publicada en el blog. Además, al final del artículo os dejamos una infografía con el resumen de las etapas.
Como vemos, en los tres primeros años de vida del niño se desarrolla la gran parte de su lenguaje debido a que en esta etapa su cerebro está madurando y es cuando adquiere las habilidades necesarias para el habla y la comunicación. Es por ello que la estimulación a edades tempranas es muy importante para que el niño desarrolle todas las áreas de manera óptima. En este artículo se pretende ayudar a las familias a que aprendan a estimular el lenguaje de sus hijos adaptando los consejos a cada etapa del desarrollo infantil.
Estimular el lenguaje en niños de los 6 a los 12 meses:
El lenguaje es una habilidad que no se desarrolla sola. El niño tiene que aprenderlo de forma natural mediante interacción con su entorno. Esa interacción con los adultos es la que va a generar en el niño el deseo de comunicarse sobre todo si esa interacción se hace con afecto ya que genera también emociones muy positivas.
Para estimular la comunicación en esta etapa aconsejamos:
Mirar a los ojos al niño
Responder siempre que nos llame a su manera, de manera que se de cuenta que sus acciones tienen un efecto sobre nosotros y que respondemos.
Imitar sus balbuceos jugando con él para hacerlo más divertido y así motivarle a realizar más emisiones.
Dirigirse a él con un habla muy melódica, con ritmo, mucha entonación y cariño.
Cantarle canciones sencillas y acompañarlas de gestos. La música estimula las conexiones neuronales y fortalece el aprendizaje.
Cuando emita algo parecido a una palabra pronunciarla nosotros correctamente para darle el modelo correcto demostrando que nos gusta y que le hemos entendido.
Estimular el lenguaje en niños de 12 a 24 meses:
Para estimular el habla del niño entre en año y los dos años debemos aprovechar que el niño está más atento y ha aumentado su capacidad de escucha. Algunos recursos de mucha ayuda son los cuentos, las marionetas, los juguetes, imágenes…
Reforzar siempre sus esfuerzos por hablar, atendiendo a sus peticiones o respondiendo a su emisión de forma que perciba que le prestamos atención.
Aprovechar el día a día para estimular el lenguaje como por ejemplo en el baño, la hora de comer, salir a la calle…
No anticiparse a las necesidades del niño, debemos dejar que se esfuerce a la hora de demandar objetos.
Leerle cuentos con muchas imágenes todos los días para favorecer la adquisición de nuevos conceptos.
Exagerar la entonación y los gestos para que el niño comprenda mejor.
Hablarle con oraciones cortas y sencillas. para que le sea más fácil entenderlas.
Describir con palabras todo lo que hacemos delante del niño. A la hora de poner la mesa, la comida, la limpieza…
Dejar que él conteste y no anticiparnos a hablar por él.
Favorecer el gusto por las canciones.
Evitar en la medida de lo posible es uso del chupete o de la succión de dedo.
Estimular el lenguaje de los 2 a los 3 años.
Dar siempre un modelo correcto de habla pero evitar corregir directamente al niño.
Hacerle preguntas para favorecer el uso de pronombres y adverbios ¿de quien es..? ¿dónde está…?
Seguir con los cuentos, las historias y las canciones enfatizando la entonación, los gestos y el ritmo.
Jugar con marionetas.
Enfatizar las características de masculino y femenino cuando hablamos para que aprenda la diferencia.
Permitirle que siga órdenes en situaciones cotidianas como por ejemplo al terminar de jugar. Cantar canciones y recoger de forma divertida: “recoger, ordenar, cada cosa en su lugar…”
También se pueden aprovechar otras situaciones como poner la mesa o salir de casa: “coge los zapatos”, “pon las servilletas encima de la mesa”...
Asegurarnos que preste atención cuando le contamos cuentos o enseñamos libros con dibujos, animándole a señalar, pasar páginas o repetir palabras.
Aprovechar los momentos de juego para estimular la conversación y que aprenda vocabulario (partes del cuerpo, comidas, ropa…). Para ello es conveniente estimular cualquier emisión de sonido como por ejemplo al preparar la comida o darle de comer al muñeco “ñam ñam”. Acompañar el juego de canciones, preguntas y gestos.Ejemplo; “duérmete niño, duérmete ya..(mientras balanceamos al muñeco) y decimos vamos a dormir”.
En el parque o cualquier lugar de visita, animarle a observar lo que hacen los demás niños y que se acerque aunque no participe en el juego en ese momento.
Reforzar cualquier intento de comunicación con las demás personas de su entorno.
Estimular el lenguaje de los 3 a los 4 años.
Ampliar el vocabulario del niño. Para ello hacer una extensión de las frases que le decimos por ejemplo: “estas son mis orejas, con las orejas podemos escuchar los tambores”.
Estimular el uso de preguntas con juegos de sí o no, escoger entre dos opciones…¿es un chico o una chica?, ¿el pájaro vuela..?...
Hacerle ver que comprendemos lo que nos dice y prestarle atención cuando lo hace.
Pedir que nos diga para que se usan algunos objetos familiares que vayamos encontrando por la casa y que usemos a diario con él. Ejemplo: vaso, cuchara, llaves…
Haz pausas durante el discurso para permitir que pueda continuar la conversación.
Instrucciones sencillas que impliquen dos o tres pasos, por ejemplo: “apaga la luz y cierra la puerta”
Seguir con cuentos y canciones haciendo comentarios de los personajes, la historia o los dibujos.
Responder a sus preguntas de forma sencilla.
Utilizar fotos familiares para describir personas u objetos y que nos diga cómo son y cuál es su nombre.
Reforzar la clasificación de los objetos. Por ejemplo: los animales los guardo en esta caja, las comidas en otra y los transportes esta otra…
Jugar a las adivinanzas o al veo veo para reforzar la descripción de los objetos y el vocabulario.
Recomendaciones generales.
Es importante tener en cuenta que el niño no debe percibir estos ejercicios como un trabajo o sacrificio ya que crearemos una aversión al lenguaje que no es nada positiva. Por ello es importante no cansarle, respetando sus necesidades. Todos los ejercicios requieren tiempo y paciencia así que no debemos desanimarnos si fracasamos en alguno de ellos, hay muchos donde escoger.
Y recuerden, la base de todo buen aprendizaje es el juego y las emociones que este genera.
¡ÁNIMO Y FELIZ SEMANA!